Algún día…

Well, I’m here to tell you now, each and every mother’s son: / you better learn it fast, you better learn it young / ‘cause someday never comes…*

Creedence Clearwater Revival


La recuerdo como una tarde soleada de invierno. A mis siete años, disfrutaba en el cerro del Ajusco rodeado de familia (mucha de la cual nunca más volví a ver) de una tristemente histórica ocasión que marcara mi vida deportiva: con el último gol de campeonato de aquel gran número 27, el Club Deportivo Cultural y Social Cruz Azul se coronaría por octava (y a la fecha última) vez en el balompié mexicano. La gran trayectoria del club, o lo que para algunos de nosotros fue realidad, para otros ya es historia; lo que para muchos es dolor, para otros es, simplemente, vergüenza.

Cruz Azul- Invierno 1997

Mucho se ha escrito ya del insoportable peso de la sequía de títulos del Cruz Azul. A últimas fechas, aquellos que no lloran la desesperación del club lloran lo risible de sus apariciones en liguilla, o sus finales en todo torneo internacional en el que pueda hacer acto de presencia. Mucho se ha quejado la afición. Mucho ha demostrado su descontento con el plantel, con la directiva, con la afición misma. Se los digo honestamente: como gran aficionado, comparto el dolor y frustración de todos aquellos que viven y mueren por los colores en el campo, en las gradas, detrás del televisor… pero debe de haber un «hasta aquí».

Michoacán, México. Más específicamente: Estadio Morelos, ubicado en la ciudad de Morelia. El día, mayo 15 de 2011, cerca de las 21:43. La ocasión: tras un partido peleado a muerte, en el cual Cruz Azul perdió una merecida ventaja ante el equipo local a escasos 10 minutos de haber comenzado el encuentro, un supuesto aficionado brinca al terreno de juego. El «espontáneo», tras recorrer una ruta accidentada sobre el césped, acerca su mano extendida a Gerardo Torrado, capitán del equipo capitalino. En un gesto de completa desesperación, y tras la nula respuesta del cuerpo de seguridad del Morelos, Christian «Chaco» Giménez agrede físicamente al «espontáneo», ocasionando la intervención de jugadores tanto rivales como del propio equipo: todo termina en una batalla campal en el terreno de juego. Tras hacerse de palabras, existe un intercambio de golpes entre miembros del equipo técnico de Morelia y jugadores de Cruz Azul; tres jugadores (incluido el 10 capitalino), ambos directores técnicos y miembros del equipo técnico terminan expulsados.

Sigamos pues con la inercia del partido y, repitiendo el gesto, olvidémonos del fútbol. Olvidemos por un momento los 80 minutos de fútbol que se vivieron en el Estadio Morelos; olvidemos la táctica, la estrategia. Sigamos los pasos del «aficionado», y faltemos al respeto al deporte, a los que lo practican y a los que lo disfrutan. Sigamos los pasos de «Chaco», de Corona y de Gastelum y faltemos al respeto a la base del juego: dejémonos llevar y golpeemos a la afición. Faltemos el respeto también a los compañeros de oficio. Seamos la FMF, seamos la directiva michoacana, y faltemos al respeto: olvidemos la integridad física de nuestros jugadores, olvidemos los lineamientos básicos de seguridad dentro de nuestras instalaciones. ¿Por qué no? Quizás si logramos todo esto logremos crear un espectáculo digno del mejor circo romano: deshumanizante y repulsivo.

Señor Giménez: la afición comparte su frustración. La afición también le pregunta, a usted y todos aquellos que junto con usted comparten y defienden los mismos colores, la misma emoción, ¿llegará acaso el día en que la inquietud se convierta en resultados? ¿Llegará el momento en que las palabras se traduzcan en voleas, los insultos en tiros libres?

Dejémonos de palabras, señoras, señores. Dejémonos de violencia, y dejemos todo en las tribunas, en las calles, en nuestras casas. Reprobemos la agresión en las gradas, y, fuera de ellas, dejemos que el juego Sea, mientras esperamos que regrese el día en que el juego sea, como alguna vez lo fue, el deporte más bello del mundo.


*Y vengo aquí a decirle a todos: mejor apréndalo temprano, apréndalo con prisa, pues «algún día» no llegará…

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2 respuestas a Algún día…

  1. Jalex dijo:

    Bienvenido Pancho, buen texto!!

  2. Israel Nungaray González dijo:

    Buen texto y la opinión fundamentada en los preceptos básicos del juego. Cheers.

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